Salir del aula

Cuando en el aula entran los iPad, con buena conexión a Internet, la gente sale de ella. Esto es lo que buscábamos en el colegio Bernadette cuando se inició el taller. Queríamos meter en clase instrumentos que se usan fuera, entre ellos redes sociales como FaceBook, Instagram o Vine que servirían para dialogar, libros que inspirarían, cuadernos para tomar notas, cámaras digitales. Se trataba de usar lo que los niños utilizan para reproducir al minuto sus intereses o contar lo que hacen a sus amigos y amigas, muchas veces con un vídeo o una fotografía. El libro de Roald Dalhd fue el inicio de nuevos cuentos que ahora se incluyen en este blog. Una vez terminado el taller, por ahora , se sugieren algunas de las ideas, que ayudar a entender lo que allí ocurrió.

Salir del aula desde las pantallas. Grupo GIPI 2015. Madrid

No es fácil saber por qué la tecnología introduce cambios importantes cuando se trata de aprender a escribir, respecto a las tradicionales redacciones. Entre otras hay dos diferencias fundamentales, que traen sus dificultades, pero que nos sitúan ante retos interesantes.

  • Usando un Ipad es mucho más fácil buscar información. Es como una ventana, ante la que la tentación es tirarse en paracaídas para recoger al caer todos los elementos que se encuentran cerca. Por ejemplo, buscar y seleccionar fotografías para incluirlas sin más, hacer corta – pega (sin ni siquiera haber leído los textos), y otras actividades similares. Esto es lo que queríamos evitar los adultos que estábamos en la clase.
  • Los mensajes, largos o cortos, escritos desde un movil o una tableta que se publican en Internet nos dan la oportunidad de que mucha gente vea lo que se escribe. Otro reto con sus dificultades y grandes posibilidades. El más importante, que alguien lo lea, incluso que lo comente. Eso es lo que se busca a veces, e incluso se pide explícitamente implorando «likes».

Múltiples escenarios digitales. Grupo GIPI 2015. Madrid. 

Crear

Esta ha sido, quizás, la palabra mágica. Niños y niñas se han convertido en creadores de nuevos mensajes. Para comprobar cómo lo han hecho basta con leer sus cuentos. Creemos que han creado porque se han esforzado en producir algo nuevo, sin copiar, pensando y reflexionando a partir de las ideas de Roald Dalh, aunque muchas veces se han olvidado de él, centrados en su propio cuento.

Colaborar

Los cuentos de estas niñas y niños son diferentes, aunque tienen elementos en común, que sin duda son el resultado de una colaboración. Llama la atención que casi todos nos hablan de los viajes de Matilda hacia lugares exóticos. Conviene recordar para entenderlo que fue la primera aportación en la comunidad de FaceBook la que señaló que Matilda se “teletransportó a Dubai”, este fue el punto de partida para muchas historias, que se han ido diferenciando. Además, el hecho de compartir el iPad ha contribuido a facilitar las conversaciones y a mejorar los textos.

Discursos multimedia dentro y fuera del aula. Grupo GIPI 2015. Madrid. 

Explorar múltiples fuentes

Aprender a integrar lo que nos aporta cada una ha sido, entre otras, la tarea. Los niños y niñas se han preocupado, sobre todo, de buscar imágenes. Ellos han ido adaptando las palabras desde lo que ellas les inspiraban. Lo visual ha sido un apoyo, un punto de partida. Todavía tenemos algo pendiente: citar siempre de dónde procede la información. No les resulta fácil, por problemas técnicos o porque se piensa que las producciones de Internet no tienen un autor.

Producir textos multimedia

Ha sido necesario integrar imágenes, textos escritos, sonidos, cualquier forma de expresión, en productos audiovisuales que muchas veces cristalizan en los vídeos que se incluyen en los cuentos. No siempre es fácil hacer un buen vídeo, es preciso entender un lenguaje diferente. Es interesante explorar algunos cuentos en los que la historia se construye por ambos medios.

Narrativas multimedia a través de avatares. Grupo GIPI 2015. Madrid. 

Participar en redes sociales

Lo que se usa fuera, e incluso algo más, ha entrado en el aula. A través de FaceBook e Instagram se compartían los mensajes. Son dos redes sociales distintas, en función de lo que cada una permite. Por ejemplo: FaceBook ayudó a expresar por escrito ideas que surgían en las conversaciones de clase, Instagram contribuyó a distribuir las imágenes de Matilda y su mundo, incluso sus avatares . Vimeo ha sido también un apoyo, con participación importante de los adultos, para hacer visibles los vídeos.

Queda mucho por aprender. Sobre todo, cuando se trata de crear y compartir a través de Internet, un ámbito al que la escuela no puede renunciar.